... como dije, con la furgoneta preparada continuamos nuestro camino.
Han sido largos y cortos días. Han dado para mucho, pero no me han pesado. Casi tendría que decir que me apetecía continuar. Cada día era una nueva aventura. Unos me levantaba con más energía y otros con menos, pero siempre dispuesta a disfrutar. Hemos hecho muchas cosas, y nos ha dado tiempo a conocer numerosos lugares con encanto.
La compañía en un viaje así es importante, o por lo menos para mi lo es... y no puedo dudar que ha sido estupenda. Él presente en cada momento, en los minutos de silencio, en los de risas, en los de cansancio, cuando preparabamos la comida, al colocar la ropa, al preparar para dormir, buscando un sitio donde dormir, al sentarnos en un bar, al llegar al punto más alto de la montaña, o en el filo de un gran acantilado... Hemos tenido momentos para todo.
Por el camino también nos encontramos en un pueblo al norte del norte con una jirafa y un grupo de ponas, también momentos mágicos y divertidos pasamos con ellas. Gracias por compartir vuestra guarida con nosotros.
Otros encuentros ocurrieron después, con amigos de la infancia, y su peque. Gracias a vosotros también.
El viaje se ha acabado, pero no por ello me siento triste, sino todo lo contario. Ahora cuando pienso en lo bien que lo hemos pasado se me dibuja una sonrisa en la cara.