Cogemos la wooloongabba y llegamos al LONE PINE PARK. Nos tomamos un café, como aquí hace todo el mundo a todas horas, y entramos en el parque. Es bastante grande y tiene actividades previstas.
Comenzamos el camino. Los animales están en semilibertad porque muchos se mueven por donde les apetece. Hay puertas que delimitan algunas zonas por las que pasamos las personas.
Lo primero que vemos es la demostración de un pastor y sus perros organizando a las ovejas (mi padre diría que para eso no tengo que irme tan lejos… yo he pensado lo mismo, papá).
Pero… rápidamente pasamos a lo emocionante: LOS KOALAS!!!
Allí tan tranquilos, dormidos, hechos una bolita en un árbol. Se ponen entre dos ramas y a dormir. Dicen que duermen entre 18 y 20 horas al día, ¡eso es vida!
Son tan, tan… es que dan ganas de achucharlos y claro ya que tenía la oportunidad, previo pago, por supuesto, lo hice!!! ¡Qué emoción!
Bueno, además de koalas vimos, emús, wombat, canguros (que no falten), de todos los tamaños, pájaros de muchos tipos (algunos en libertad y otros no…), murciélagos, PLATYPUS (medio pato medio nutria) …
Al final pasamos allí más tiempo del que creíamos, pero disfrutamos como enanos. No pudo faltarnos el darle de comer a los canguros que estaban allí en su explanada.
Al salir de allí, medio comimos en la wooloongabba, aparcamos cerca del centro de Brisbane y a pasear. Es una ciudad bonita, con mucha gente, un parque gigante cerquita del río, puentes, grandes edificios, barquitos…
Nos ha gustado mucho…
Sobre las 5 o así volvimos a la wooloongabba con la idea de avanzar en el camino para mañana. Dormimos en la carretera y al día siguiente tempranito de nuevo en planta.
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