Esta mañana cogimos el camino a Sydney. Queríamos llegar prontito para poder aprovechar el día de hoy, pero igual que ayer llueve que te llueve. Aún así hacemos más o menos lo que tenemos previsto.
La primera parada es en el “Backpacker” que será el sitio donde dormiremos los próximos tres días. Habíamos buscado cómo llegar en el “gran” google maps, así que directo que nos dejó en la puerta. Yo me pongo bastante nerviosa cuando entro en una gran ciudad que no conozco con coche, pero nos salió bastante bien a pesar de la lluvia y el tráfico. Es horroroso la cantidad de coches que hay…
Una vez hecho el “booking” en el backpacker y que nos dieran la llave, fuimos a devolver la wooloongabba. No estaba muy lejos de aquí, y… también teníamos escrito cómo llegar (… google maps…). Este local era algo más decente que el sitio donde la recogimos, y había muuuuuchas wicked parecidas a la nuestra_: con muchos colores y dibujos diferentes.
Aquí despedimos a la wooloongabba, se ha portado bien a pesar de lo reventada que estaba. Hemos hecho en total: 2379 km con ella... ¿No está mal la cosa, no?
Aquí despedimos a la wooloongabba, se ha portado bien a pesar de lo reventada que estaba. Hemos hecho en total: 2379 km con ella... ¿No está mal la cosa, no?
Al salir volvimos al centro, lloviendo. Nos organizamos en el backpacker, nos duchamos, comimos… y, sin perder tiempo, a la calle. Lloviendo, claro… ¡qué rollo! Nosotros en Sydney lo que queríamos era pasear, pero bueno…
Al final nos salió bien la cosa, llovía pero poco. Llegamos al puerto… y desde allí… ¡OPERA HOUSE! Qué bonito el edificio… hicimos muchísimas fotos… (yo no podía llevar mi cámara por eso de la lluvia, así que Juan hizo montones con el móvil). Decidimos subir al gran puente de Sydney (grande es, desde luego). Desde allí hay unas vistas estupendas. Es muy largo, así que andamos, andamos y andamos… Al otro lado del puente hay un barrio curioso. Intentamos dar un paseo por la otra lluvia, pero ¡¡qué fío!!, hay demasiado aire. Decidimos volver, pero por el camino, encontramos una tienda-bar de seafood. Y… Juan no pudo resistirse, tenía que probar una almeja de esta zona, así que tal cual, pedimos una almeja, se la hicieron a la plancha y se la pusieron en una bandejita con un tenedor y un poquito de limón…
Al salir de allí empezó a llover como si no lo hubiese hecho en años, así que cogimos el tren y nos acercamos hacia el centro. De allí cenamos, entramos en un restaurante de Sushi (yo no muy convencida, pero Juan tenía muchas ganas…). Era de los que salen en las películas, todos sentados alrededor de una especie de barra por la que van pasando los platos. Tienen precios distintos según el color de estos. Coges los que te apetece, y al final cuentan cuantos platos de cada color te has comido, y te piden el dinero, jajajjaa… Estuvo bien, la verdad… y eso que a mi lo del sushi…
Después directos a la cama…
* Os dejo sólo una foto que no es de este día sino del siguiente. Cuando descarguemos las del móvil las pongo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario